Educación, nutrición, higiene y salud
La bondad del agua de mar, el nutriente orgánico más completo que existe en la naturaleza, viene dada por su extraordinaria composición similar en todo el planeta, y que contiene todos los elementos que la componen de forma biodisponible, es decir, de fácil asimilación por nuestro organismo. En ella encontramos ácidos nucléicos, aminoácidos esenciales, grasas y minerales; además de fitoplancton y zooplancton, proteínas, – kril/omega3-, huevos y larvas de peces, cadenas de carbono, y diez mil millones de virus y nueve mil millones de bacterias no patógenas, por cada litro de agua de mar, todo ello en un ambiente alcalino de 8,4 ph.

Consultoría adentra
Sabemos que la nutrición es uno de los principales pilares para tener una buena salud. El ser humano necesita disponer de los suficientes alimentos y líquidos, en cantidad y variedad, para su correcto desarrollo. La suma de todos los nutrientes debe garantizar el funcionamiento correcto de nuestras células, responsables de nuestra salud. También es de vital importancia para la salud contar con una correcta higiene, tanto personal como alimenticia.

Archivos extraídos de los dispensarios marinos Francia 1910




Esos datos revelan que la mejora de la nutrición, uno de los componentes de base para la mejora de la salud, sigue siendo, a pesar de todos los esfuerzos e inversiones desarrolladas desde hace décadas, uno de los retos fundamentales en muchos países pobres. Y en ese contexto, el agua de mar puede ser un gran aliado. El consumo de agua de mar, en sus muchísimas formas, rehidrata al mismo tiempo que suministra la totalidad de los minerales más puros y orgánicos (electrolitos) en una forma fácilmente asimilable. Reequilibra el desbalance de la función enzimática, sin la que es imposible el funcionamiento de los mecanismos de la autoreparación y la salud en consiguiente, y regenera las células individualmente como consecuencia de que el agua de mar les suministra todos los elementos imprescindibles para su buen funcionamiento, con lo que el organismo vuelve al equilibrio, que se materializa en salud.
Su ingesta, ya sea mezclada con agua dulce/jugos/zumos, o sin mezclar; o bien por su consumo indirecto, a través de productos agrícolas regados con agua de mar, o por su incorporación como otro ingrediente más en la elaboración de apetitosos platos hechos con arroces, verduras, cereales, legumbres, etc., aporta componentes esenciales para nuestro organismo, fortaleciéndolo y de esa forma, beneficiando a nuestra salud. Eso es lo que atestigua la práctica médica en países como Nicaragua donde desde hace más de un lustro, es posible la prescripción de agua de mar a personas enfermas, por parte de la comunidad médica oficial.
Adaptación del agua de mar para consumo continúo de humanos, ganado y agrícola.

Y sin embargo, se siguen produciendo millones de muertes por desnutrición; a pesar de que en muchos casos vivan rodeados de mar. Un mar que desafortunadamente para los más vulnerables, no será agua de vida, nutrición y esperanza. Y ello seguramente, por la existencia de firmes prejuicios y a priori generalizados sobre el agua de mar, de la que se dice que no se puede beber porque perjudica a la salud, o que no puede consumirse sin desalar. Esas afirmaciones y creencias que casi nadie cuestiona, y que parecen irrefutables, en realidad ya hemos comprobado que son falsas.
Y eso resulta evidente cuando nos atrevemos a mirar un poco más allá y examinamos los datos, los hechos y a la experiencia práctica acumulada hasta la actualidad sobre el uso del agua de mar con fines nutricionales y de salud. Una experiencia que en el mejor de los casos ha caído en el olvido (René Quintón), y en el peor, es conocida (Nicaragua y otros países de América latina) aunque despreciada o ninguneada. Pero, ¿pueden las instituciones, organismos de cooperación y ONGs presentes en países pobres con alto nivel de desnutrición, permitirse convivir con esa misma visión apriorística y prejuiciosa del agua de mar? Creemos que no.
La inseguridad alimentaria y la malnutrición son resultado de una compleja interacción de factores. El hambre y el hambre encubierta (las carencias de micronutrientes) privan a las personas del recurso más valioso que obra en su poder: la salud.
La falta de un compromiso político constante, el desorden interno y los conflictos civiles, los desastres naturales, los fenómenos climáticos extremos y las intereses económicos complican las labores de lucha eficaz contra la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria y la malnutrición.
Junto a la desnutrición, la falta de higiene afecta también a la salud. Según datos de Unicef, en países empobrecidos, más del 90% de las muertes por enfermedades gastrointestinales son causadas por el consumo de agua no potable y la falta de higiene, se producen en niños y niñas menores de cinco años. Pero la falta de higiene dejaría de ser causa de enfermedad y muerte para muchos millones de personas en el mundo, si se utilizara para el agua de mar, un agua que tiene importantes funciones bactericidas gracias al cloro, su primer componente (aproximadamente 19 g por litro). El uso de agua de mar en la higiene personal (lavado de manos, dientes, cara, pies, etc.), así como para la higiene del hogar (lavado de vegetales, cacharros de cocina, suelos, paredes, mosquiteras, etc.) puede ser un elemento básico para la mejora de la vida de millones de personas en el mundo; lo que podría ayudar a evitar muchas muertes (según datos de la OMS, 2017, más de una cuarta parte de las muertes infantiles podría evitarse con medidas de higiene).
Estación de suministro agua de mar: Higiene

Kofi Annan, ex secretario General de las Naciones Unidas, pronunció unas palabras que queremos reproducir aquí «En virtud del derecho humano a disponer de agua, todas las personas deben tener agua suficiente, asequible, accesible, segura y aceptable para usos personales y domésticos.»
En adentra estamos firmemente convencidos, que junto a un compromiso político constante y al más alto nivel donde la seguridad alimentaria y la nutrición esté en el primer lugar político, el agua de mar, es la herramienta fundamental para la creación de un entorno favorable, en el cual ningún ser humano en este mundo de abundancia, muera por falta de nutrición y/o higiene.
Es por ello que adentra nace en el 2010 con el objetivo de poner su trabajo, esfuerzo, conocimiento y experiencia relacionada con el agua de mar, al servicio de las comunidades empobrecidas y de los millones de personas que sufren por causa del hambre, la falta de higiene y la desnutrición; y al servicio también de las entidades de cooperación que trabajan en el ámbito de la nutrición, higiene y la salud.
Responsables del área:

Mariló López Gómez

María José Gascón Artigas
