Estudio aplicado en el cultivo de halófitas, así como cultivo tradicional regado con agua de mar.

HUERTA EN FUENTERRABÍA-GUIPÚZCOA

1. INTRODUCCIÓN:

adentra ha desarrollado una huerta con agua de mar en Fuenterrabía (norte de España), con el propósito final de conseguir adaptar plantas semihalófitas al riego directo con agua de mar. Por sus generosas características y accesibilidad, la experiencia se centró principalmente en la planta salicornia bigelovii.

La salicornia requiere agua salada para desarrollarse y producir semilla. Esto hace factible su cultivo utilizando agua de mar para el riego en regiones costeras que anteriormente fueron consideradas no aptas para cultivos.

La salicornia, Salicornia Bigelovii, forma parte de un grupo de plantas clasificadas como halófitas. Estas plantas, durante su proceso evolutivo, desarrollaron mecanismos para sobrevivir en condiciones de salinidad muy alta. Las halófitas se desarrollan en costas, manglares, estuarios y suelos salinos al interior de los continentes. Su presencia se asocia principalmente al calor en climas secos donde prevalecen los suelos salinos y, pueden encontrarse también en climas fríos, pero en menor cantidad.

El nombre halófitas proviene del griego halo=sal / phytas= planta. La generalidad de las plantas no soportan concentraciones de sal mayores a 5.000 partes por millón (ppm), mientras que las halófitas soportan concentraciones de sal entre 30.000 y 40.000 ppm. Investigaciones sobre halófitas indican que existen más de 500 especies de 200 géneros y 70 familias.

Bajo condiciones de cultivo adecuadas con respecto a clima, el factor de mayor importancia radica en la calidad y cantidad del agua para riego, considerando la demanda de sales en cada especie de halófita. Son amplios los rangos de tolerancia y requerimientos de salinidad entre especies diversas y dentro de las mismas especies.

 

Portulacacia

Portulacacia

Mangle

Salicornia

2. OBJETIVOS:

OBJETIVO GENERAL:

Realizar un estudio aplicado de agricultura con agua de mar mediante el cultivo de plantas halófitas y semihalófitas con el fin de aplicar la experiencia propia en la implementación de proyectos de cooperación para el desarrollo humano en países donde los índices de malnutrición son elevados.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

  • Que adentra cuente con un estudio aplicado o experiencia propia de agricultura con agua de mar para replicar el proyecto en comunidades de países empobrecidos donde los índices de malnutrición son altos.
  • Conocer los procesos de cultivo y las propiedades nutritivas de plantas halófitas y semihalófitas directamente para poder formar después a comunidades de países económicamente desfavorecidos en la implementación de proyectos de agricultura con agua de mar.
  • Dar a conocer la experiencia tangible y el estudio aplicado a distintos organismos públicos y ONGs.

                                                         

Conograma de actividades.

3. CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS GENERALES DE FUENTERRABÍA.

Fuenterrabía es una localidad perteneciente a la provincia de Guipúzcoa y a la comunidad autónoma del País Vasco (Norte de España), estando situada a orillas del mar Cantábrico en la misma desembocadura del río Bidasoa, el cual forma frontera natural con Francia. Por su situación geográfica, al norte peninsular y por su condición de ciudad costera, tiene un clima oceánico húmedo de abundantes precipitaciones durante todo el año y temperaturas suaves en invierno y verano.

El clima de Guipúzcoa es el oceánico. Factores determinantes del clima guipuzcoano son la situación de la provincia entre el Pirineo y la cordillera Cantábrica, y, entre el mar y el valle del Ebro, posición de la cual resulta un clima oceánico de matiz mediterráneo, caracterizado por su pequeña oscilación térmica anual, con veranos frescos e inviernos moderados y con lluvias abundantes a lo largo de todo el año, pero predominantes en otoño y comienzos del invierno. La temperatura media es de 8,1 °C en invierno y 18,2 °C en verano.

Los vientos son muy frecuentes, predominando los del norte-noroeste y sur. Sólo un 2% de los días son de calma. Las lluvias son abundantes (50% de días lluviosos) debidas al régimen de vientos y a la orografía de la provincia, con precipitaciones que oscilan entre 1.200 y 1.700 litros anuales por metro cuadrado. La nubosidad también es alta (sólo 10% de días totalmente despejados), con una media de 1.830 horas anuales de insolación (equivalente a 5 por día).

El clima es oceánico, con pocas oscilaciones térmicas, y su temperatura anual alcanza un promedio de 14 °C, con abundantes precipitaciones (1.400 mm al año) y, en ocasiones, violentas galernas.

En cuanto a la dinámica del clima, las características fundamentales del clima de Gipuzkoa vienen dadas principalmente por la posición de la Península dentro de la zona templada, lo que se traduce en la existencia de dos estaciones anuales de clara diferenciación térmica y otras dos estaciones intermedias que se definen por ser especialmente inestables. La proximidad del mar hace que la oscilación térmica anual no supere generalmente los 10° C y que, como ya se ha visto, las temperaturas máximas y mínimas sean normalmente moderadas. Es de considerar, con todo, la situación de Gipuzkoa en el fondo del golfo de Vizcaya, la que impide en gran medida que sus costas se vean afectadas por el beneficioso efecto de las corrientes cálidas oceánicas, efecto que se incrementa en las regiones costeras situadas más al oeste.

Las estaciones climáticas mejor definidas son la invernal y la estival, en tanto que las intermedias presentan una mayor variedad de situaciones. Se produce, durante el periodo invernal, la afluencia de masa de aire templado y húmedo, de carácter polar marítimo, que son encauzadas hacia las costas europeas,en disposición meridiana como consecuencia de fuertes coladas de aire polar que se ven frenadas u obstaculizadas por la presencia de los anticiclones norantlático y de las Azores. De este modo, el resultado es un neto predominio de las situaciones frontales que afectan a gran parte de la Península. Los frentes fríos de las borrascas atlánticas, que penetran en Europa a través de la zona comprendida entre el Canal de la Mancha y Aquitania, barren toda la costa cantábrica en coincidencia con situaciones de puente en el resto de España. Estas situaciones frontales se traducen en un tipo de tiempo nuboso con abundantes precipitaciones, siempre superiores a los 100 mm -en las zonas del interior superan generalmente los 80 mm y con temperaturas moderadas -máximas y mínimas diarias del orden de 10-13° y 4-6° C, respectivamente que reflejan fielmente; esta situación tan típica. No son desconocidas en esta época las situaciones de buen tiempo y frío intenso -notablemente atenuadas en la costa y en las zonas abrigadas de los valles-, pero al reducirse a períodos efímeros y tener un carácter pasajero poseen un valor más bien secundario. Estos tipos de tiempo esporádicos vienen determinados por dos factores fundamentales: en primer lugar, los anticiclones oceánicos, denominados tradicionalmente de «fin de familia», que aportan un tipo de tiempo despejado, con una gran nitidez en el ambiente; en segundo término, la existencia de vaguadas de dirección meridiana que encauzan masas de aire polar continental o aire ártico marítimo. En este segundo caso, acompañado de acusados descensos de temperatura, pueden producirse nevadas de cierta importancia; en tanto que con aire polar continental, típico del centro del invierno, se registran temperaturas mínimas acusadas -hasta -5°C incluso en las estaciones de la costa, de forma que en Donostia-San Sebastián se llegan a registrar valores del orden de los -2,1° C, siempre notablemente inferiores a los del interior como consecuencia del efecto atemperante del mar.

En la primavera se da una cierta continuidad de las situaciones y tipos de tiempo propios del invierno, si bien con excepción de los típicos del centro de éste las situaciones más características vienen determinadas por el paso de las borrascas peninsulares derivadas de la meridionalidad que todavía alcanzan las vaguadas,así como por los anticiclones oceánicos, de tipo esporádico, cuya duración media es de dos a tres días; las gotas frías que se producen a finales de la primavera son por otra parte resultado o producto de situaciones de bloqueo en posición septentrional. Como consecuencia, los índices mensuales de precipitaciones siguen siendo relativamente elevados (80 a 100 mm) y las temperaturas medias diarias, siempre moderadas, oscilan entre un máximo de 15-18° I y un mínimo de 6/9° C.

El verano aparece como la época de mayor complejidad por cuanto que esta zona participa tanto de la dinámica general atmosférica propia de Europa occidental, todavía en esta estación, como de las situaciones características de la Península, que se comporta como un pequeño continente. En el primer caso nos referimos al repetido paso de frentes fríos de las borrascas de latitud media, que contribuyen al mantenimiento de las precipitaciones en toda el área cantábrica y hacen que los veranos puedan calificarse de frescos ya que las temperaturas se mantienen moderadas (máximas de 21 a 25° C); los anticiclones oceánicos que se intercalan en situaciones borrascosas provocan advecciones de masas de aire frío que a menudo generan nieblas en la costa al contacto con superficies algo más cálidas y contribuyen al mantenimiento de las temperaturas máximas en torno a los 20° C, temperaturas más bien moderadas. Pero esta zona participa también de las situaciones características de la Península: por una parte el anticiclón de las Awres, que se estaciona en esta época al oeste de la Península, aporta su tipo de buen tiempo propio: cielos despejados, temperaturas altas (del orden de los 28° C); pero su efecto es más moderado que en el interior de la Península de nuevo como consecuencia del efecto atemperante del mar y de la situación más septentrional. Otro tipo de tiempo circunscrito ocasionalmente al verano es el derivado de invasiones esporádicas de masas de aire tropical (denominado sahariano o continental) que son responsables de las temperaturas máximas absolutas de todo el territorio peninsular; su duración suele ser corta y su radio de acción puede llegar hasta la cuenca de Aquitania. Las temperaturas máximas introducidas por estas situaciones superan generalmente los 30° C (37,7° en Donostia-San Sebastián) y ofrecen pocas diferencias con las registradas en el resto de la Península, con la excepción de que, a causa de la humedad ambiente, la temperatura sensible se hace agobiante.

En suma, la gran complejidad de la dinámica atmosférica durante el verano da lugar a situaciones muy distintas que se traducen en tipos de tiempo muy variados. Es la época del año en que adquieren mayor importancia las situaciones del buen tiempo al producirse una sensible disminución de las precipitaciones, principalmente en el mes de julio. No obstante, el paso repetido de frentes fríos (0, mejor las «colas» de los frentes fríos) de las borrascas mantiene, sobre todo a partir de agosto, las precipitaciones a un nivel relativamente alto (generalmente por encima de los 30 mm), por lo que se puede decir que los años con algún mes seco, si no inexistentes, son ocasionales.

En cuanto al otoño, es de destacar el hecho de que, si bien se diferencia de la primavera en cuanto a caracteres propios, presenta no obstante ciertos rasgos comunes con aquélla, como puede ser la presencia de una cierta irregularidad fruto de la mezcla o alternancia de situaciones a caballo entre las invernales y las veraniegas. Durante esta época se produce el descenso latitudinal del frente polar y de la circulación en general, de modo que llegan a producirse situaciones propias del invierno. Tras un paréntesis de dominio anticiclónico con viento de componente sur (generalmente en torno a octubre) se pasa a una etapa de dominancia ciclónica (noviembre, sobre todo) en la que la inestabilidad o las perturbaciones son la tónica general como consecuencia del paso de un régimen de circulación lenta en el primer caso, a un régimen de circulación rápida en este segundo. El descenso de las temperaturas se verifica no de modo paulatino, sino a través de bruscos saltos, y lo mismo puede decirse en cuanto a frecuencia e intensidad de las precipitaciones, si bien los días en que se registran son más escasos que los días secos, teniendo siempre en cuenta la gran variabilidad existente de unos años a otros.

Las precipitaciones

Como señalábamos al principio, una de las principales características del clima de la vertiente cantábrica y, por tanto, de Guipúzcoa, es la existencia de precipitaciones abundantes, más o menos repartidas a lo largo del año. Los aproximadamente 185 días de lluvia (51 por 100 del total) se podrían añadir a unos 30 de tormenta, 15 -20 de llovizna y un máximo de 6 con nieve. En conjunto, las precipitaciones medias se pueden evaluar en 1.500 mm., no rebasando las diarias los 40-50 mm., por término medio, si bien no se descartan días con precipitaciones especialmente significativas por su intensidad y duración ya sea en días de tormenta, o, bien, en relación con situaciones de gota fría, que han revestido en algunas ocasiones carácter catastrófico (recuérdese el 14 de octubre 1953) por cuanto que en pocas horas se pueden recoger considerables valores de precipitación. Las nevadas, escasas, se reducen a un máximo de seis u ocho días en las zonas más altas, y sobre todo en los meses de enero y febrero, en tanto que el granizo presenta una mayor frecuencia: unos diez días, y preferentemente de octubre a abril, no descartándose en los meses de verano. Las tormentas presentan un máximo en agosto (unos cinco días) y se hallan repartidas fundamentalmente entre la primavera y el verano, hasta un total de unos 23 días. El rocío presenta una frecuencia de 38 días, en tanto que la escarcha se da unos ocho días, entre noviembre y marzo. Las nieblas, de origen variado, manifiestan unos 55 a 75 días por término medio. Por último, los días despejados se reducen a un 13 por 100 del total. Estos datos de tipo estadístico evidencian lo anteriormente dicho.

Las precipitaciones acuosas, que presentan una frecuencia mensual máxima (17 días en junio y septiembre) y un mínimo (10 a 12 días por mes en marzo), presentan en Gipuzkoa unos índices superiores a los del resto de la cornisa cantábrica; la tendencia a aumentar en dirección Oeste -Este (Gijón, 1.041 mm; Santander 1.198 mm; Donostia-San Sebastián, 1.506 mm) se da como consecuencia de la creciente resistencia que el relieve opone al paso de las masas de aire, así como al progresivo enfriamiento del mar por el debilitamiento de la influencia de las corrientes cálidas. Este incremento progresivo se da incluso dentro del territorio guipuzcoano: de 1.500-1.700 mm. en la región del Deva y en Donostia-San Sebastián se pasa a más de 1.700 mm. anuales en Irún Hondarribia. Salvo en muy raras ocasiones y en años especialmente pobres en precipitaciones, no se alcanzan los 30 min. mensuales, umbral que tomamos como referencia para distinguir los meses secos de los que no lo son.

Las temperaturas

Como resultado de las situaciones derivadas de la circulación general atmosférica, así como de la influencia moderadora que ejerce el mar y de las condiciones propias de relieve, altitud, latitud, etc., Gipuzkoa aparece caracterizada por la existencia de temperaturas moderadas incluso cuando se dan situaciones extremas que se acusan sensiblemente en regiones del interior. Así, como ya hemos visto, Gipuzkoa conoce oscilaciones térmicas anuales bien perceptibles como corresponde a su situación geográfica, pero es también cierto que dichas oscilaciones se ven notablemente atenuadas por los condicionantes físicos del medio. Se pueden tomar como referencia, por otra parte, valores medios extraídos de observaciones realizadas durante un período de tiempo determinado: temperaturas medias del orden de 8 a 10° C en invierno, rara vez cercanas al umbral de los 5° C que denota la existencia de heladas; temperaturas medias de 18 a 20° C en verano, moderadas por la influencia de los factores citados, que sólo con la ocasión de invasiones de aire tropical o sahariano se disparan, de forma esporádica y pasajera, hasta alcanzar máximas del orden de los 37-39° C. Pero es la propia originalidad del medio físico guipuzcoano un elemento modificador más, esta vez a nivel local, de las condiciones de temperatura y de todos los demás elementos que intervienen en la configuración del clima. En efecto, la disposición en cuadrícula del relieve, la existencia de valles más o menos estrechos y profundamente encajados, así como la presencia de un cordal costero que actúa a modo de parapeto cara al mar del corredor litoral, son, entre otros, las principales causas de variación en las condiciones térmicas y microclimáticas que definen a los diversos sectores del territorio guipuzcoano. Así, los relativamente amplios espacios que corresponden a los cursos bajos de los principales ríos permiten la penetración de la influencia marítima directa tierra adentro sobre unos cuantos kilómetros; esta influencia se anula en el curso medio y alto de aquéllos como consecuencia del progresivo encajonamiento y del sinuoso trazado de los angostos valles. Este mismo encajonamiento es causa de la existencia de gradientes térmicos que dotan a estos valles de unas condiciones de humedad y temperatura diferentes de la costa. En la proximidad de ésta, el cordón litoral aísla al corredor longitudinal del efecto atemperante del mar y ello explica en parte el hecho de que en éste se registren pequeñas heladas matutinas y nieblas de inversión que no existen en la costa propiamente dicha. La excepción la constituye el sector oriental de este corredor, entre Donostia-San Sebastián y Hondarribia, que conoce la influencia marítima directa gracias al boquete de la bahía, en su sentido más amplio donostiarra. El resultado, aparte de otros factores, es la diferencia de varios grados que se aprecia en las temperaturas medias registradas en diversos puntos no muy distantes entre sí. En verano se observa el mantenimiento de tal diferencia entre las temperaturas medias de unos lugares y otros. Las elevaciones meridionales actúan, por otra parte, como pantallas condensadoras de la humedad; de tal forma que, sobre todo en otoño, mientras el interior de la Península está sometido a la acción de las borrascas, la vertiente cantábrica conoce un buen tiempo acompañado de temperaturas relativamente elevadas producidas por el recalentamiento al descender, de las masas de aire que traspasan la divisoria una vez descargadas de su humedad; se produce así, un efecto de tipo föehn que provoca temperaturas a veces elevadas e introducen una notable sequedad en el ambiente. Por el contrario, las situaciones con temperaturas muy bajas se producen por la penetración hacia el S.W. de masas de aire polar continental, como ya hemos visto.

Las presiones y los vientos

Como resultado de las diversas situaciones derivadas de la circulación general atmosférica y de las propias introducidas por la Península, se registran presiones atmosféricas máximas durante el invierno, presentándose un máximo secundario durante el verano. Las presiones mínimas, expresión de situaciones borrascosas, se registran fundamentalmente en primavera, con un mínimo secundario en otoño. Las situaciones de baja presión son las más numerosas a lo largo del año, teniendo las altas un valor secundario en cuanto a frecuencia que sólo se afirma a través de una relativa permanente durante el verano y el otoño. En lo que respecta a los vientos, se da un predominio neto de los de NO., N. y S.; las demás componentes tienen un valor ya secundario y no superan un 10 por 100 en el mejor de los casos. Los vientos del N. y NO. son dominantes durante el semestre estival, de abril a septiembre; el semestre invernal, de octubre a marzo, conoce la dominancia de los vientos del S., a los que siguen en importancia los de componente N. y NO. En esta época cobran importancia los vientos del Oeste, sobre todo en los meses de noviembre y diciembre. Los vientos del NO. y o. aportan humedad, pudiendo ser de carácter frío o templado, en tanto que los de componente N. son ya francamente fríos. Las situaciones de frío invernal más acusado vienen introducidas por el dominio del sector anticiclónico afincado en la Meseta, o, bien, por vientos fríos procedentes del anticiclón centroeuropeo.

Resumen de datos climatológicos registrados en Fuenterrabía en el último año (2011) :

La temperatura media anual es de 8 Cº, siendo la temperatura mínima de -6Cº      (09-02-2012) y la máxima de 28Cº (27-06-2011).

Con respecto al viento en Hondarribia podemos comentar que la velocidad media fue de 3 km/h. Radiación ultravioleta media: 0.

Los estados del cielo medios fueron Cielo despejado 108 días, Poco nuboso 59 días, Muy nuboso con lluvia 53 días, Intervalos nubosos 50 días, Intervalos nubosos con lluvia 39 días, Nuboso 25 días, Cubierto con lluvia 24 días, Nuboso con lluvia 15 días, Muy nuboso con nieve 3 días.

 

5. TIPO DE SUELO EN FUENTERRABÍA
Los conjuntos de materiales blandos, calizos y margo-calizos dan lugar a los suaves relieves de los Valles de Irún y Fuenterrabía sobre los que se encuentran fértiles suelos para el cultivo.
En las montañas silíceas de Fuenterrabía encontramos suelos pobres y arenosos con PH muy ácido. Sin embargo, en los suelos aluviales donde se encuentra la parcela experimental, el terreno es de origen sedimentario fluvial, arenoso y PH medio.
Cabe destacar la variedad de cultivos que se encuentran en las fértiles huertas colindantes al terreno de producción doméstica, así como la gran cantidad de cañizo que se encuentra en el subsuelo y en el suelo. Este hecho ha dificultado su limpieza constante debido a su crecimiento abundante y rápido.
El terreno incluye distintas variedades de matorrales y árboles que serán utilizados para la experimentación del cultivo de salicornia en sombra.

6. PROCESO DE PREPARACIÓN Y CULTIVO DEL TERRENO 
Con la desinteresada ayuda de unas personas afines a nuestra filosofía, la cesión para 2 años de la parcela se produjo el 11/03/2012 en el mismo terreno, estando presentes el dueño del terreno y representantes de adentra. El terreno cuenta con más de 5.000 m2, acceso a agua dulce y también acceso al agua de mar, mediante la marisma que llega hasta el mismo terreno, condiciones imprescindibles para desarrollar la experiencia.

Huerta en general

Huerta: suministro de agua dulce

Huerta: suministro de agua de mar.

 Limpieza del terreno (maleza y hierbas)
El inicio de los trabajos de desbroce, poda de árboles y retirada de ramaje se inició a principios de Mayo con voluntarios de adentra y la adecuada herramienta. El terreno es prácticamente un humedal estando inundado en estas fechas en sus ¾ partes, con una vegetación muy densa constituida principalmente por cañizo de hasta dos metros de altura y diversos árboles de mediano tamaño como sauces y fresnos situados en la parte norte, al pie de la zanja de agua.

El trabajo realizado con el cañizo y el matorral consistió en su corte a nivel del terreno y su retirada fuera de espacio para la huerta; a los árboles se les aplicó una ligera poda de las ramas más cercanas al suelo, evitando la tala de ninguno de ellos y aprovechando su sombra para cultivar salicornia en diferentes grados de luz y sombra. 

 

Limpieza de malezas

Limpieza de raizes

Limpieza de accesos al agua.

 Distribución espacial de la parcela.
La limpieza de la parcela se limitó a unos 2.000 m2 aproximadamente, distribuido en 1.ooo m2 directamente al sol, 5oo m2 entre el sol y la sombra y 500 m2 directamente en la sombra debajo de los árboles.

Distribución al sol
Distribución según nivel freático

Distribución en sombras

Removimiento la tierra de la huerta y construyendo accesos al agua dulce y al agua marina.
Una vez retirada la maleza del terreno destinado para huerta, se procedió al labrado de la tierra para darle a ésta una mayor oxigenación y servicio de huerta.
En un principio se consultó a los agricultores de la zona la posibilidad de alquilar un tractor que hiciese este trabajo de labranza del terreno, pero una vez llegado a este momento y debido a la cantidad de agua y barro del terreno no se pudo trabajar con el tractor dentro de la huerta.

Con el tiempo de trasplante de la plantas ya casi pasado de fecha, se decide trabajar con una miniexcavadora con orugas, para poder acceder al terreno fangoso, es entonces cuando comienzan los trabajos, removiendo la tierra entre 40-50 cm de profundidad. 

Huerta secándose.

Oxigenando la tierra.

Poda de árboles.

Durante los trabajos de excavación del terreno, además de encontrarnos con una tierra con gran cantidad de agua, la mayor de las dificultades estuvo en las miles de raíces de los cañizos, que aún profundizando más de 5o cm, no fue posible eliminarlas y gran parte de ellas se quedaron en la tierra.

Uno de los requisitos fundamentales a la hora de elegir el terreno para la huerta fue que esta contase tanto con disponibilidad de agua dulce como de agua de mar. Al este de la huerta y haciendo de límite perimetral, se construyó un camino entre la vegetación hasta este arroyo en el que, de forma continua, fluye el agua. Seguidamente, se instaló la manguera de absorción desde el arroyo hasta los depósitos de mezclado de aguas.
Al norte de la huerta y debajo de un puente por donde transcurre el tráfico en dirección a Hondarribia se construyó un camino hasta el mismo lugar donde llega la marisma. Esta se inunda llegando a subir metro y medio por encima de su nivel normal cuando la marea esta alta. Una vez construido el acceso al agua del mar, tuvimos que dedicar en un principio más de dos días a limpiar todo tipo de residuos que empujan las mareas, depositándolos durante años debajo del puente, tales como botellas, colchones, componentes de vehículos, etc. Después, en las sucesivas veces que hubo que acceder, también tuvimos que dedicar un tiempo para la limpieza de basuras, puesto que en cada marea, el agua traía y dejaba montones de residuos.

 

Acceso agua dulce.

Acceso agua de mar.

Basuras de las mareas.

Estando en la parte final de la ria (o, marisma), el abastecimiento de agua de mar está condicionado directamente dentro de los ciclos de las mareas, teniendo que estar en el lugar de aprovisionamiento a la hora exacta, cuando la marea está en el punto más alto y disponiendo de esta tan solo media hora, puesto que rápidamente vuelve a bajar a su nivel, quedándose el acceso en una balsa de barro.

 Refinamiento de tierra, distribución del la huerta y plantación de tomates.
Teniendo construidos los accesos a las diferentes aguas y habiendo retirado la mayor parte de raíces y hierbas nos centramos en acondicionar la tierra para ser cultivada. Nuestro amigo Alfonso de Hondarribia nos proporciona su motocultor y tras dejar unos días secar la superficie de la huerta, le damos varias pasadas hasta dejar la tierra lo suficientemente fina.
Teniendo la huerta con la tierra preparada, procedemos a distribuir la huerta en diferentes áreas o parcelas, tres para salicornia (dos al sol y una a la sombra), otra para plantación de tomate, una para cultivo en arena y algas del mar.

 

Distribución general
Plantado de tomate

Algunas herramientas.

Con la huerta divida en parcelas se procedió a plantar los tomates. La planta se compro a un proveedor de la zona, de la misma clase que se planta en la mayoría de las huertas de Hondarribia. Para un inicio se seleccionaron 10 plantas. El tomate es una planta que, según nuestros estudios, es adaptable al riego con agua de mar obteniendo una notable mejoría en el producto. Esta adaptación al riego con agua de mar es más sensible que las semihalófitas, puesto que estas ya recurren al mar para su supervivencia, por tanto la adaptación de tomate se iniciará con tan solo un 10% de agua de mar con un 90% de agua dulce.

Búsqueda de salicornia y portulacaciae en la zona. (Costa de Hondarribia-Landas francesas).
En los días siguientes iniciamos la búsqueda de la Salicornia y portulacaciae por la zona. Desestimando la posibilidad de comprar simiente ya que se decidió que la huerta, en la medida posible, estaría formada por plantas autóctonas de las zonas más cercanas, ajustándonos al objetivo final del proyecto que es crear huertas con agua de mar, con los recursos de la zona donde se implementen los proyectos. Se recorrieron diversas zonas de la costa, donde los arroyos y ríos desembocan en el mar, encontrando una gran diversidad de plantas de todo tipo, pero no se encontró ninguna variedad de salicornia ni portulacaciae. Después y durante una semana se rastreó multitud de zonas en las Landas francesas pero con el mismo resultado. En el mapa de situación de salicornia en todo el mundo ya señala que el límite de población de salicornia limita con la cordillera pirenaica. Sin embargo, posteriormente, hemos encontrado productores de salicornia en la Bretaña francesa y en Holanda.

Recogida de salicornia bigelovii en playa Tocha (Portugal)
Al no encontrar las plantas después de varias semanas, se decidió seguir la búsqueda siguiendo la costa en dirección sur. Un año antes adentra estuvo visitando en Portugal huertas desarrolladas junto a la costa, cultivadas en la misma arena de playa pero regadas con agua dulce. Recorriendo multitud de playas, fue en la playa la Tocha donde se encontró, junto a la desembocadura de un río, una amplia extensión de brotes de salicornia bigelovii silvestre y autóctona, y es allí donde decidimos ir directamente a por la planta.

Playa Tocha Portugal.

Recogida brotes de Salicornia

Transportando brotes.

Plantación de salicornia bigelovii en parcela.
Con mucho cuidado y seleccionando una a una para no dañar el entorno donde crecen los brotes de salicornia se recogieron cuatro bandejas de aproximadamente 40 brotes. El viaje de Navarra hasta playa Tocha Portugal duró alrededor de 20 horas en furgoneta, y al día siguiente de su recogida, iniciamos la plantación en Hondarribia. Se plantaron todos en el mismo día, cuatro parcelas de unos 20 m2 cada una, dos expuestas al sol y dos expuestas a la sombra. En cada área se plantó aproximadamente 30 brotes en filas de unos 50 cm.

Brotes antes de plantar

Brotes Salicornia al sol.

Brotes Salicornia a la sombra.

 Colocación de depósitos de agua y vallado en parcela. Colocación de carteles.
La instalación de depósitos de mezclado de aguas se realizó a los pocos días de efectuar la plantación de salicornia. Estos depósitos de 1.000 litros de capacidad cada uno son imprescindibles a la hora de medir la cantidad de agua de mar que se incorpora en el riego de la salicornia. Al ser esta una planta semihalófita, se decidió iniciar su riego llenando los depósitos al 50% de agua de mar y 50% de agua dulce. Transcurrido unas semanas y observando la evolución de la planta, se iría añadiendo sucesivamente mayores cantidades de agua de mar hasta conseguir el objetivo final, en el cual la planta es alimentada totalmente con agua marina.

Depósitos mezclado de aguas

Colocación de carteles

Carteles huerta Fuenterrabía

El mismo día de la instalación de los depósitos se procedió al vallado de la huerta, concretamente la parte de acceso a esta que limita con un aparcadero de camioneros. El continuo vertido de basuras por parte de estos nos obligó a instalar una valla que limitase el aparcadero respecto a la huerta. También se colocaron dos carteles informando sobre la acción que se lleva a cabo en esta:

“Parcela experimental de agricultura con agua de mar”.

 Primer riego con agua de mar (50%) y 50% de agua dulce. (Marea alta – pleamar: 9.21 h y 21.46 h)
Siguiendo el orden de las mareas para poder acceder al agua de mar, se comienza el primer riego. Las plantas, tanto la salicornia como los tomates, enraízan muy bien a la tierra. La tierra de la huerta contiene hasta un 40% de arena de playa y estando situada en una zona de muchísima humedad con abundantes precipitaciones la convierte en un lugar ideal para que los pequeños brotes tomen fuerza en pocos días. Por lo contrario y una vez pasado el tiempo de agarre de los brotes, las continuas precipitaciones se convirtieron en el mayor de los problemas puesto que la tierra y por tanto las plantas, incluidas las expuestas al sol, saturadas de agua de lluvia, en ningún momento tuvieron la necesidad de ser regadas. Pronto nos dimos cuenta de que el objetivo de adaptar la salicornia y el tomate al riego en su totalidad con agua de mar nos resultaba imposible estando la huerta ubicada en una zona con tantas precipitaciones y escasos días de sol. Se decide que en vez de regar las plantas con agua dulce y al 50% con agua de mar, se regase directamente con agua de mar hipertónica, es decir: con 100 % agua de mar, aunque esto supondría perder la capacidad de medir una adaptación progresiva hacia el riego total con agua de mar, según la evolución y comportamiento de las plantas. Por otro lado, también se trasladaron 2o plantas para cultivo doméstico en macetas en una terraza situada en zona media de Navarra para poder realizar un mayor control del riego. La inclusión de arena de mar para el cultivo en la parcela experimental se suspende al no poder realizar un estudio exacto sobre el riego.

Primer riego 50% agua dulce y agua de mar

Brotes dos semanas después

Cultivo Salicornia domestico

 Evolución-cosecha.
Se plantaron aproximadamente 90 esquejes de salicornia de los cuales, en su fase inicial, solo fallaron 12 (9 plantados a la sombra y 3 al sol). El crecimiento de la planta expuesta al sol fue notable llegando a alcanzar en su mayoría los 45-50cm de altura. La planta expuesta a la sombra apenas alcanzó en su mayoría los 20 cm.
De los cinco riegos que se aplicaron, cuatro fueron con agua pura de mar y uno al 50% con agua dulce, sin notar consecuencias que resaltar respecto a la respuesta de la planta, debido a las continuas precipitaciones de la zona.

Salicornia en su primer mes

Salicornia segundo mes

Salicornia tercer mes

Salicornia consumo como verdura

Salicornia consumo para pienso-forraje ganado.

Pesado de brotes para elaboración de pan

A mediados de agosto se inició la cosecha de brotes, siendo estos ligeramente más tiernos en su fase inicial. Debido a las continuas precipitaciones de la zona, el sabor de los brotes resultó dulzón en comparación con la planta en su inicio, dándole una característica muy peculiar.
La producción fue generosa, se recogieron suficientes brotes para su degustación en diferentes maneras de cocinar. Se cocinó junto con patatas como cualquier otra verdura, se realizaron diferentes tipos de guarniciones para acompañamiento de carnes y pescados, se tomó en paella, cruda en ensaladas y también se elaboró pan de salicornia.

Pan de Salicornia con agua de mar

Conserva puré de Salicornia 

Arroz con salicornia

La salicornia es una planta anual, esto quiere decir que en un periodo de un año cumple todas sus funciones: nace, crece desarrollando sus brotes para terminar secándose y desprendiendo la simiente con la que al siguiente año volverá a nacer la nueva planta.

SEMIHALÓFITAS (Proceso de cultivo de Tomate adaptado a semihalófito)
Se plantaron 10 plantas de tomate fallando tan solo uno, aplicándole el mismo sistema de riego que la salicornia. La planta no dió muestra de ninguna alteración, logrando un crecimiento y producción normal.
El aspecto del tomate, de un rojo intenso y de diversos tamaños, se destinó exclusivamente para ensalada. El sabor sabroso e intenso, con una ligera tendencia a salino.

Tomate recién plantado

Tomates dos meses después

Tomates maduros

7.Conclusiones:
Iniciando los riegos al 50% de agua dulce y de mar la planta asimila poco a poco su nueva condición para su supervivencia, terminando los riegos con agua de mar pura y otorgándole a la planta unas propiedades nutritivas similares a las del mar. Faltó realizar un análisis bromatológico de la planta para conocer exactamente sus propiedades nutritivas.
Las continuas precipitaciones de la zona condicionaron a la salicornia hacia una adaptación mas cercana al agua dulce que al agua de mar, puesto que durante todo el proceso de la huerta se estuvo regando sobre mojado.

Desde el enfoque de adaptabilidad, transitando las plantas semihalófitas a halófitas, las excesivas precipitaciones y el poco sol hace de esta zona, una ubicación no viable para la adaptación de plantas al riego final con agua de mar.
Desde el enfoque de adaptabilidad de la planta a la zona para producción, la planta nos ha demostrado su fuerza de agarre en un nuevo suelo, su perfecta asimilación hacia mayores cantidades de agua dulce que en su habitat de origen y su generosidad en el fruto.
Con todo esto, adentra  sigue investigando y desarrollando nuevas huertas aprendiendo de las lecciones que nos ha dejado la parcela de Hondarribia, especialmente la necesidad de crear huertas donde el calor y el sol sean mas protagonistas que las lluvias.

 

 

adentra agradece a todas las personas que nos han apoyado en todo momento con el único interés y esperanza de ver este estudio implementado el lugares donde los seres humanos sufren malnutrición por falta de alimentos.

Gracias.